• Tarzán y la historia





    TARZÁN ahora es Alexander Skarsgård (Estocolmo, 1976), actor sueco en Melancholia, de Lars Von Trier, True blood y Qué hacemos con Maisie, entre otras. Tarzán sueco y anodino, con leves capas de revestimiento de material anticolonialista y toques ecológicos.
    El primero fue Elmo Lincoln en Tarzán de los monos, (Scott Sidney, 1918), que no dio grito, porque el filme era mudo. Más adelante Tarzán de los monos (W.S. Van Dyke, 1932), ayuda a afianzar la leyenda del personaje y de Johnny Weissmuller, quien lo protagonizó y que hasta ahora ha sido el más recordado, con Chita, Jane y grito incluidos. Weissmuller, dicho sea de paso -ya que hoy se abren los Juegos Olímpicos en Río-, fue un nadador que acaparó 67 récords mundiales y 5 oros olímpicos, retirado en 1929 como el mejor del siglo XX.
    Edgar Rice Burroughs (Chicago, 1875 – California, 1950), creador de Tarzán, 56 películas después, y casi a un siglo de la primera de las cintas (de 25 novelas llevadas sucesivamente a la pantalla grande), reconfirma su calidad creativa con la sobrevivencia de su héroe. Todo muy bien, y bien el despliegue de virtuosismo tecnológico que expone La Leyenda de Tarzán (2016), de David Yates (Inglaterra, 1963) con un ‘doctorado’ en Harry Potter tras cuatro filmes de esa saga.
    La cuestión está debajo de ese festival de efectos y detrás de una narrativa llena de acción y que es puro entretenimiento, condición número uno del cine. Debajo de esa ingenuidad salvaje hay una no menos salvaje manipulación de la verdad histórica. George Washington Williams (en la piel de Samuel L. Jackson) fue el primer occidental en denunciar al mundo el despotismo cruel y bárbaro impuesto por Leopoldo II, rey de Bélgica y soberano del Estado independiente del Congo (1885-1908), a través de su hombre de confianza Léon Rom (1859-1924), quien también inspiró el personaje de Mr. Kurtz en la novela El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.
    No fue Tarzán, el rubio bien parecido, creación de Burroughs, quien liberó del despiadado colonial al Congo. En todo caso habría que rendir pleitesía a George Washington Williams, quien alertó al mundo.
    Recordemos: las bombas de Hiroshima y Nagasaki se hicieron con uranio belga extraído del Congo.
    La liberación real del Congo Belga llegó en 1959. Y las primeras elecciones libres fueron ganadas por Patricio Lumumba.

                                                        Alexander Skarsgård es Tarzán


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