LOS ANGELES. En una tarde sofocante en
Hollywood Matt Damon acaba de salir de su terapia de pareja.
Pero no hay de qué preocuparse, era con
Jimmy Kimmel, por un supuesto pleito que comenzó hace 10 años, incluso antes de
que se conocieran en persona.
“Tomó un giro muy surreal porque teníamos
una terapeuta real y lo hicimos de verdad”, dijo Damon en los Estudios Kimmel.
Después de su “terapia” Damon tenía unos 10 minutos para hacer una sesión de
fotos, filmar la introducción para un festival al que no pudo asistir y comerse
una ensalada. Esa es la vida de las estrellas de Hollywood.
Damon, de 45 años, promueve “Jason Bourne”,
una película que hace nueve años él y el director Paul Greengrass pensaban que
nunca ocurriría. Luego de tres películas sobre el superespía creado por Robert
Ludlum, las últimas dos dirigidas por Greengrass, y una experiencia
especialmente difícil para filmar “The Bourne Ultimatum”, Damon pensó que había
tenido suficiente.
Pero el nombre de Bourne solía aparecer en
reuniones y con los fans. En 2009, cerca de la época en la que Damon y
Greengrass hicieron “Green Zone”, coquetearon con la idea de hacer otra cinta
pero no había una historia. Mientras tanto Universal Pictures, avanzó para
expandir el universo Bourne con una película enfocada en otro agente
interpretado por Jeremy Renner. Le fue suficientemente bien y estaban
trabajando en una segunda entrega cuando en 2014, Greengrass y Damon revisaron
el mundo y se dieron cuenta de lo mucho que había cambiado.
“Paul llamó y dijo que la primera escena
sería una manifestación contra las medidas de austeridad en Atenas”, dijo
Damon. “Yo pensé: ‘está bien, estamos de vuelta’’’.
Pero se aseguraron de estructurar su plan
de producción para que el guion no se estuviera terminando mientras filmaban,
como fue el caso de “Ultimatum”.
“Cuando estás en producción estás quemando
dinero y lo puedes sentir. Lo que los coguionistas Paul (Greengrass) y Chris
(Rouse) hicieron esta vez, que es genial, es que se tomaron todo un año y
regresaron con 120 páginas que daban ganas filmar”, dijo Damon. Sabíamos que
una vez que dijéramos que lo íbamos a hacer tendríamos una fecha de estreno
fijada, así que queríamos tener todo listo”.
Y funcionó, para “Ultimatum” filmaron en
138 días. Con “Jason Bourne” el tiempo se redujo a 95 días.
La película, que se estrena el viernes en
cines estadounidenses, retrata en parte del mundo de la vigilancia
gubernamental y presenta a agente s de la CIA interpretados por Tommy Lee Jones
y Alicia Vikander. Una persecución a alta velocidad lleva a Bourne a locaciones
internacionales obligadas e incluso a algunas dentro de Estados Unidos, como
Las Vegas, donde hay una escena con un vehículo armado que choca contra otros
autos en la zona hotelera. Un recordatorio espeluznante del reciente ataque
terrorista en Niza.
El equipo de promoción de la cinta retiró
inmediatamente la escena de los anuncios europeos, dijo Damon.
“Eso fue horrible”, apuntó el actor.
“Ninguno de nosotros sentimos que fuera igual, pero no queríamos ser
insensibles a las imágenes que están en el mundo”.
Lo cual le hace pensar también en las
objeciones a los afiches de la película en los que aparece con un arma, un
sentimiento que entiende profundamente.
“Las películas son una herramienta para la
empatía. No las haría si no creyera en esto”, dijo. “Pero la violencia es parte
de la condición humana y a veces terminas interpretando personajes violentos.
Jason Bourne es un personaje violento”.
Damon espera que la serie, que ha
demostrado que Bourne trata de reparar sus acciones, tenga una conciencia que
la distinga de otras.
El actor puede ser uno de los astros más
lucrativos en el cine, pero todavía siente la presión de un estreno importante,
especialmente de una serie como Bourne.
“Hay muchas cosas en juego”, dijo Damon.
“La película costó mucho y si el público no va al cine eso sería algo fuerte,
sería malo... Nuestros trabajos están constantemente en riesgo, es una
profesión insegura y una industria insegura”.
Por ahora se mantiene ocupado, casi
demasiado ocupado. Su agenda repleta implicó renunciar a un buen papel en
“Manchester By the Sea” de Kenneth Lonergan para que lo tomara su amigo Casey
Affleck. La película basada en una idea de John Krasinski y Damon, quien
también fue productor, tuvo una buena recepción en Sundance y será estrenada en
noviembre.
“Casey no es tonto, dijo: ‘¡Lo hago, lo
hago. Quiten todo de mi agenda!’’’, recordó entre risas Damon.
Pero Damon también tiene proyectos grandes
en el horizonte, incluyendo “Downsizing” de Alexander Payne y la fantasía
histórica de Yimou Zhang “The Great Wall” una enorme coproducción
chino-estadounidense que se estrenará en febrero. Damon se mudó con su esposa y
sus hijos a China por seis meses durante la filmación.
“Había 50 traductores corriendo en cada
departamento. Pero todos habían hecho muchas películas, así que teníamos ese
lenguaje en común”, dijo Damon.
Su próximo rodaje es la cinta de misterio y
crimen dirigida por George Clooney con un guion de Ethan Coen, “Suburbicon”.
Quizá después de esto podrá tomarse un
descanso y descubrir qué quiere dirigir.
Pero por ahora todo es “Bourne”. Acaba de
terminar una gira internacional y le queda presentarse en Nueva York para
visitar los programas nocturnos de tertulia.
“Después de eso terminé”, dijo Damon. “Todavía tenemos
que ir a China y Japón, pero eso será dentro de unas dos semanas, no puedo
pensar con tanta anticipación”.
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